domingo, 31 de enero de 2010

Una noche complicada.

Sábado a la noche, si, otra vez.
Celeste en casa, nos cabiamos, nos pintamos, escuchamos un poco de música. Suena el celular, mensaje:
¿Mismo lugar de siempre?
De: Santiago

Si, como todos os sábados...
De: Mariana

Desde ESE sábado.
De: Santiago

Listo, no sabía que contestar por eso no lo hice. Realmente no estaba segura de querer verlo, no quería confusiones, no más de las que tenía y quería tranquilidad por unos días.
Llegamos, nos encontramos con unos amigos, charlamos un rato, tomamos algo. Al rato llega Nicolás a buscar a Celeste y llevársela como siempre. Debo admitir que estoy un poco celosa por eso, entonces decido ir a hablarle, a conocerlo un poco más aunque sea.
Hablamos un rato, me parece un pibe copado, simpático y sincero sobre todo. Me contó que realmente quería a Celeste, que estaba enganchado y por suerte estaba todo bien y marchaba como quería. En tono de joda pero hablando en serio le dije que la cuide, porque es mi mejor amiga.
Hablamos un rato más y comenzamos a reírnos de una chica completamente borracha que bailaba arriba de una parecita, digamos. Loca la chica, me sonaba familiar pero con la baja tonalidad de luces, la música que te aturde y todo eso no podía ver nada. Más que nada porque estaba rodeada de chicos que le gritaban cosas.
En un momento mientras nos descostillándonos de risa del espectáculo de la chica en el que bailaba sexy, esta misma se baja el straples (que no llevaba corpiño) y hace un tremendo toples en frente de todos. Imagínense, se descontroló todo. Nosotros impresionados, no parábamos de reír. A eso se suma Celeste a nuestra crítica que hacíamos, pero Celeste estaba un poco mareada, tampoco entendía mucho, pero lo que si entendió era quien era esa chica, visualizó demasiado bien.
- ¡No! ¡La puta madre no! - Gritó Celeste, loca, y empezó a correr para donde estaba la chica.
- ¡Para Celeste! ¿Qué te pasa? - dije, asustada la verdad.
- ¡¡Florencia!!
Si señores, esa chica borracha que yo no llegaba a ver bien, que hizo un desnudo de su cintura para arriba, era mi amiga Florencia. Fuimos con Celeste, la tapamos y la llevamos al baño. Estaba totalmente en pedo, loca, sacada.
Nicolás que estaba con el auto se ofreció a llevarla a la casa de Celeste para que sus padres no la encuentren en tremendo estado. Accedieron todos y yo me quedé en la barra, pensando todavía en lo ocurrido, con un amigo.
Al rato alguien me tapa los ojos. No sabía quién era, entonces giro y lo veo a él, ¿a Santiago?, no, a Martín.
- ¿Qué haces acá? - traté de sonar divertida.
- Nada, sabía que ibas a estar acá, lo supuse - dijo.
En eso veo que Santiago entra ¿algo más iba a pasarme?. Enseguida empieza a buscar con la mirada, yo trataba de esconderme entre la gente, pero me ve, con él. Le dijo algo a los amigos y se quedó sentado solo.
Cuando terminé de hablar con Martín, que fue todo muy raro, estar conversando con él y Santiago observando; era todo raro e incómodo para mi, me acerqué a saludarlo.
- ¿Por qué hablabas con él? ¡Ojo! no quiero parecer celoso, sólo si es que se puede saber - dijo.
- Nada, vino a saludarme, nada más - contesté.
Realmente fue raro, si, porque hace menos de una semana habíamos cortado y no me había mandado ningún mensaje y ahora lo encontraba en un bar, diciendo que sabía que estaría acá, y sonando divertido como si no hubiera pasado anda y seríamos amigos. Eso me confundió más. ¿Qué, no le importo? o tal vez sólo lo hizo para verse superado porque como yo tampoco le hablé pensó que ya estaba todo.
Algo más, como cartón lleno (porque no todo iba a terminar bien, era obvio) Martín se agarró a piñas con un pibe cualquiera, donde yo me metí a separarlos y recibí un empujón de alguien anónimo que me tiró al piso. Enseguida Santiago se metió a calmar todo y levantarme principalmente. Cuando todo se tranquilizó me tomó de la mano y llevó a un rincón y me preguntó como estaba. Mientras hablaba con él veo a Martín acercándose.
- ¿Por qué te metiste? ¿no ves que la ligaste vos? - dijo, enojado.
- Bueno, estaban pegándose ¿qué iba a hacer? - contesté.
- Nada, si no te importo "Mariana", nada tenías que hacer - dijo, casi gritando.
- Para yo no dije eso, si me metí fue por algo - dije, mientras veía a Santiago mirándonos.
- Me dejaste, flaca, ¿qué me vas a decir? ¿que estás con este ahora? - dijo.
Me quedé muda, no sabía que contestar.
- Basta, te dije que necesitaba pensarlo, fue todo muy difícil para mi - dije.
- Lo difícil es que te dejas llevar por lo que te dicen tus amigas y no por lo que sentís realmente - dijo, muy enojado.
- No es así, Martín; no sabes que pasa - contesté, casi llorando (la verdad estoy más sensible).
- Entonces explicame porque no entiendo - dijo, cruzándose de brazos.
Miré rápido a Santiago, él seguía intacto observando y escuchando todo.
- Basta - dije, e intenté irme pero me agarró la cara y me besó. No duró mucho, casi anda mejor dicho, pero hizo que Santiago se fuera del lugar y no contestase mis mensajes y llamadas.

viernes, 29 de enero de 2010

¿Será este mi príncipe?

Sonrisa inmensa departe de Santiago al oír la noticia que le llevaba. Me brazó porque no pude contener la inseguridad en mi y rompí esa escudo fuerte que tenía que sostenía mi desequilibrio y me hacía llorar.
Charlamos un rato (sin tocar el tema), me invitó a comer un helado.
Pasamos una tarde muy linda, como amigos podríamos decir. Algunos se preguntaran por qué no fui corriendo y le di ese beso tan esperando desde hace tiempo. Y yo contesto: no sé. Tal ve me arrepentí de lo que hice, o tal vez es porque quiero ir lento y que si esto es sólo un capricho no se termine tan rápido.
Luego de esa tarde comiendo helado, riéndo, caminando y contando chistes volvimos al auto. Me llevó a casa muy lento, como si no quisiera llegar nunca. Se puso un poco incómodo hasta respirar, no sabíamos de que hablar. De vez en cuando yo hacía una pregunta o el decía un comentario sobre algo poco interesante y terminaba ahí la conversación.
Frenó en frente de mi casa y se quedó quieto mirando para el frente, luego giró la cabeza, me miró y volvió a mirar para adalente y soltó un directo y suave "¿y ahora, qué?"
- No sé - contesté desconcertada.
- Sabes de que tengo ganas - dijo mirándo siempre fijo para adelante.
...
Se hizo un silencio mucho más incómodo que el anterior. Giró, me puso la cara en frente de la mía, muy cerca y dijo:
- Dije que no iba a presionarte, sé que va a salir solo cuando tenga que salir - y me dio un beso en la mejilla sonriendo sin mostrar los dientes.
- No quiero que pienses que me hago la difícil.. - dije y enseguida me interrumpió.
- No lo pienso, sólo pienso que deberías tomarte en serio este tiempo después de todo lo que viviste; no quiero que caigas ni en mi ni en cualquiera y te enrosques peor y vuelvas a equivocarte... ni quiero salir lastimado yo - se bajó del auto y me abrió la puerta mientras luego de esas palabras yo quedé quieta y pensando.
Nos abrazamos, comenzó a caminar hacia el auto.
- Gracias por entender - dije, le sonreí, me devolvió la sonrisa y se subió al coche. Yo di media vueta y entré.
Hoy salgo con mis amigas, no creo cruzarlo, pero mañana es sábado, solemos frecuentar los mismos lugares en ese día y no creo salvarme esta vez.
¿Será este mi príncipe?

miércoles, 27 de enero de 2010

Tiempo al tiempo.

No sé si hice lo correcto, no sé que volverá a pasar y que está por suceder pero luego de mucho meditar me di cuenta que necesitaba ese espacio de pensar y actuar tranquila sin nada en mi mente que me golpee y diga "desperta".
El lunes llegó Martín a Buenos Aires y pidió de verme. Me costó muchísimo la verdad pero le pedí ese tiempo que necesitaba. Lloró, se enojó, me gritó, pero le dije que no quería hacer las cosas mal y que sentía que después de todo lo que vivimos yo no me tomé un tiempo de tranquilidad, sino que fue un tiempo de duelo el que tuve. Que lo amaba, porque creo que es así, pero necesitaba acomodarme por un tiempo. No le prometí nada, y no le conté nada, pero después de gritos me entendió.
A la vez me da miedo de que este con otras, porque en si lo quiero sólo para mi (es un pensamiento bastante egoísta), pero si yo ando en otra no puedo pedirle que él no haga lo mismo.
Metiendo a Santiago en el tema, no le conté que le pedí un tiempo a Martín porque iba a avalancharse y yo quería pensar lo que hice y ver que hacía (por eso me desconecté de todo desde el lunes), y con presión no iba a poder. Así que hoy le voy a contar la verdad y bueno, veremos que pasa.
¿Será lo mejor?

domingo, 24 de enero de 2010

Cada vez más cerca del pecado.

Celeste anda super enganchada con Nicolás, se ven bastante seguido y hoy iban a encontrarse. Eso me daba pié a una escusa.
Conversación por msn:
Santiago: ¿Salís hoy?
Mariana: No sé, no creo, Celeste va a salir con Nicolás y Flor anda en otra, lo demás andan todos vacacionando.
Santiago: Bueno, mis amigos también andan en otra ¿salimos? Digo, sin tu novio no se enoja.
Mariana: Anda en la costa Martín, bueno dejame que lo pienso y te digo. (me llevó quince minutos contestarle cuando en realidad la respuesta ya la tenía)
Mariana: Dale, salgamos.
Santiago: ¿A donde vamos?
Mariana: A donde quieras
Santiago: Te voy a sorprender.

1.00 a.m. me pasa a buscar con su auto que se lo dieron hace tres días, mas no.
Fuimos a un bar, tomamos algo, nos reímos, lo de siempre.
"Acá no es donde quiero llevarte, no te desilusiones de entrada" - dijo riendo.
"Jaja, estoy cómoda igual acá" - contesté con risa también.
Se hicieron las tres, se encontró unos amigos, hablaron un rato y me dijo "vení". Subimos al auto y manejamos un par de cuadras, llegamos a un departamento. Él se bajó del auto sin decir nada, me abrió la puerta, bajé y me quedé mirando para arriba por la cantidad de pisos.
"¿Acá vivís vos?" - pregunté.
"Si" - contestó con una sonrisa.
"Nunca te pregunte si vivías solo"
"Si, vivo solo, sabes que cumplí 20 en diciembre y me vine acá como regalo de mis viejos"
"No pudiste esperar un año más y ser mayor" - dije riendo.
"Y no, jajaja quería libertad" - dijo, sonrió y abrió la puerta del lugar.
Vive en el tercer piso de unos cinco si no me equivoco. Íbamos en el ascensor, callados hasta que interrumpe el silencio.
"¿Te dije que estabas muy linda?"
"No, pero ya lo hiciste, gracias" - contesté con un poco de vergüenza y una sonrisa miniatura.
Llegamos, abrió la puerta, puso música, demasiado relajante y nos sentamos en el sillón a hablar. Me ofreció algo para tomar, acepté.
Luego de un rato empezamos a jugar a los barman, inventando tragos, tomando y así varios juegos. Ya nos estábamos empezando a marear.
"Me sorprendiste la verdad, me gusta tu departamento" - dije.
"Que bueno, pero tengo una sorpresa en serio para vos, me hiciste acordar de que te la traiga" - dijo y se paró, fue a la habitación.
Me quedé sentada en el sillón esperando, tomando tragos y viene con una caja, bastante grande; más grande que una caja de zapatos.
"¿Y esto?" - dije, sorprendida.
"Para vos, princesa"
La abro y había un oso hermoso, hermosa mejor dicho disfrazada de princesa, con una coronita, un vestido largo y zapatos.
"Ay Santiago, ¡es hermosa!" - dije emocionadísima, casi gritando.
"Que bueno que te gustó, la verdad busqué mucho, no conseguía por ningún lado un peluche así"
Lo abracé, fuerte, estaba totalmente agradecida. No dejaba de sonreír un momento, ni él, ni mucho menos yo.
Luego me dijo de ir a bañarse, que no iba a tardar. Yo salí al balcón un rato a tomar aire cuando me di cuenta que el balcón llegaba hasta otra ventana, la de su pieza. Se estaba quitando la remera (y si, babosa díganme, tiene una espalda hermosa).
Luego de unos quince minutos volvió conmigo al sillón, tenía puesto un perfume hermoso y estaba en cuero, yo: embobada.
Las luces estaban bajas, la música exacta, se acercó y me acarició la cara. Yo solamente lo miraba, no podía hacer otra cosa cuando en realidad por dentro había algo que me decía saltá, tirate, hacelo.
Me besó la mejilla con un beso largo y dulce, y luego me empezó a besar el cuello, sin apuro, eran sólo besos entrecortados, tiernos, muy tiernos. Volvió a mi mejilla y yo acariciaba su pelo; y me miró, fijamos la mirada unos segundos. Estaba completamente segura de que se venía algo, tenía miedo, ansias, estaba inquieta por dentro y dura como una estatua por fuera sólo mirándolo.
Se acercó despacio, yo no le sacaba la mirada de encima, y me besó la comisura (el borde del labio) de una forma lenta, y luego muy despacio, sosteniéndome del cuello, se acercó a mi oído y me dijo en voz muy baja "sos hermosa".
Me separé y dije "gracias" dejando una pausa que tenía que completar; él me miraba y dije "vos también lo sos".
Se me acercó, puso su nariz contra mi nariz, se tocaban, y yo miraba para abajo, miraba su boca, cuando él no; sentía su mirada fija en mi, no dejaba de mirarme un instante. Las bocas estaban a punto de tocarse, quedaban unos pocos milímetros cuando me corrí y le dije al oído "no me hagas esto"
Agachó la cabeza por un momento.
"Tenes razón, perdón "Mar"" - dijo.
Tenía miedo de que se enoja, o de haber echo lo incorrecto. Nunca pensé que iba a pasar eso, pero me pasó, me puse a llorar.
"No llores, ¿que pasa?" - dijo, asustado y sorprendido a la vez.
"Eso pasa, no sé que pasa, no quiero decirte no ni quiero decirte si pero no quiero que dejes de pelearla" - dije.
"Nunca dije que iba a dejar de pelearla" - dijo, mirándome y secándome suavemente las lágrimas.
Sonreí y lo abracé y pedí que me lleve a casa.
Nos despedimos con un abrazo.

06.57 a.m. Santiago: "Sé que en algún momento vas a llegar a ser mía, princesa, sólo para mi"
Decidí no contestarle el mensaje, sólo me acosté y pensé en lo que pasó.

PS: Gracias por los consejos, por todo, realmente sé que no estoy lista todavía, siento que no y menos con esto que pasa. Que bueno encontrar gente que piense como yo y que bueno encontrar gente que piense de otra forma y me haga ver otras cosas. Se los agradezco mucho de corazón.

viernes, 22 de enero de 2010

¿Dar o no dar ese paso?

Ayer Martín a la noche me pasó a buscar (es más, recién llego a mi casa porque tengo que hacer un par de cosas), fuimos a tomar un helado, a charlar y luego a su casa a dormir ya que detesto dormir en mi casa, por más que esté sola, y podríamos estar solo pero no me gusta; por eso, como sus padres se fueron, me invitó a dormir.
Me decidí a voy a contar lo de la PS de ayer porque la verdad ninguna amiga puede ayudarme y tal vez ustedes si.
Yo nunca tuve relaciones con nadie, algunos dirán "que tarada, tiene dieciocho y no cojio" pero no, porque yo a eso lo veo como algo de suma importancia, yo no puedo darle mi cuerpo a cualquier persona de esa forma y menos al primero porque siento que va a ser algo que me va a marcar para siempre, quizá el segundo, tercero no importe, pero el primero debe ser especial.
Él en nuestro primer noviazgo me lo propuso, salió el tema varias veces pero por miedo siempre dije que no, además luego pasó lo que pasó y a mi nunca más se me cruzó por la mente. En este noviazgo reciente yo prácticamente ni dejo tocarme, soy bastante fría a veces cundo recuerdo lo que me hizo (soy rencorosa y me hace ser así) por lo que esquivo cualquier momento similar a ese o romántico.
Celeste opina igual que yo, así que también se conserva pura y a Florencia ni quiero preguntárselo porque ella es bastante rápida, con decir que a los trece perdió su virginidad se aclara todo. Tengo otras amigas pero no podrían entenderme como ellas, no saben todo lo que me pasa la verdad y a un hombre no se lo contaría, me da muchísima vergüenza. Como acá nadie me conoce la cara ni sabe quien soy me animo a decirlo, a recibir consejos. Y ¿por qué los pido?
Resulta que ayer a la tarde planeábamos con Martín la salida de la noche, arreglamos todo, cortamos el teléfono. A la hora me llega un mensaje de él: "me gustaría hacer el amor con vos". Claro, él me ve feliz, él está super cariñoso mientras yo estoy en otra, y, además, tengo miedo.
Realmente podría decir si porque estamos bien, sacando el tema de Santiago la relación marcha mejor que nunca, pero mi cabeza da vueltas y vueltas. A mi me gustaría tener un momento lindo con Martín, en si fue mi primer y único amor, y creo que el que merezca ese lugar debería ser él por todo lo vivido, el tiempo y lo que siento por él. Pero yo no olvido lo que me hizo, esté con o sin miedo, esté segura o no, yo no sé si realmente quiero entregare a una persona que me falló. Ya sé, a lo largo de la vida miles de personas van a fallarme, y él era un pendejo inmaduro en el momento que lo hizo, sé que cambió o eso me muestra, sé que me ama y todo lo demás.
Este tema estuvo rondando en mi mente toda la mañana y me tiene como loca, si alguien quiere aportar, aconsejar, bienvenido sea!

jueves, 21 de enero de 2010

Vacaciones aseguradas

Como no podía ser más raro mi mamá acaba de llegar.
Ella tiene un muy buen trabajo, gana muy bien y por lo que veo parece que su nuevo "novio", que vino a buscarla la semana pasada con su 307, también.
Escucho ruido, bajo y, después de tiempo de no escuchar su voz (sólo cuando habla por teléfono porque a mi no me dirige la palabra) me dice:
- Tomá (tirando un sobre en la mesa), te escuché hablando por teléfono con tu amiga planeando irse de vacaciones.
La miré de arriba a abajo, miré el sobre y dije - gracias.
Lo agarré y subí a mi pieza, ella hizo lo mismo, se cambió y se volvió a ir.
Eran $2000, por lo menos me mantiene y algo se ve que se "preocupa", o tal vez lo hace para que yo no la odie más todavía y no le meta una denuncia por ausencia y encima despreocupación jaja.
Conversación telefónica:
Mariana: Tengo la plata, nos vamos en febrero como sea.
Celeste: Me estás jodiendo. Buenísimo ahora hablo con mi mamá y arreglamos todo.
Ahora comienzan nuevamente mis planes para estas vacaciones ya que todavía no me fui, y me acuerdo que en enero (el enero que conocí a Martín) habíamos formado un vínculo por primera vez con Mercedes, donde todos los días hablábamos, nos reíamos y hasta íbamos juntas a tomar sol; luego todo cayó, nuevamente.
Hoy ya hablé mucho de ella, y gracias a todos por los comentarios buenos que hacen, por el apoyo y los consejos, realmente me sirven!

PS: Me pasó algo también, pero es algo que la verdad nunca se me ocurrió que iba a llegar a poner en el blog, por eso estoy en duda. Supongo que lo contaré, si soy breve luego se darán cuenta por qué.

Una "familia" infeliz.

Hoy llegué al tope. Paso a contar mi vida familiar.
Cuando yo era chica mi padre (Eduardo) falleció, sólo me quedan pocos recuerdos de él pero sé que era una gran hombre, de trabajo, familiero. Cuando ocurrió esto me vi muy afectada, tanto yo y mi hermano que me lleva dos años. Mi madre (Mercedes) se peleo con toda mi familia, hasta con sus propios padres porque todos le decían que ella no lo cuidó, que nunca estuvo cuando él la necesitó. Realmente no sé si es así, yo era chica y no entendía de eso y es el día de hoy que no hablo con ningún pariente mío.
Desde que tengo memoria mi madre contrató una señora que nos cuidara, María, esta mujer vivía con nosotros, nos llevaba al colegio, nos cocinaba y nos ayudaba con los deberes mientras mamá trabajaba por horas y luego se ausentaba horas.
María sufría del corazón, y con nosotros, viéndonos así, se hacía más mala sangre.
Así pasaron los años, mi hermano Gustavo cumplió dieciocho y se reveló contra mi vieja (nunca se llevaron bien, cuando él entró en la adolescencia y experimentó la pelea con quienes les dio la vida como todo adolescente, este se peleaba siempre con mi madre, reprochandole que ella tiene la culpa de que papá muriera). La verdad yo seguía siendo chica, pero luego Gustavo me explicó que mientras papá estaba mal mamá solo se ausentaba, y eso lo ponía peor.
Bueno, María ya no daba más, necesitaba médico, reposo y demás. Le dijimos que se vaya con la promesa de hablarnos siempre, pero era mejor que esté lejos de nosotros si quería cuidar su salud.
Yo con dieciséis, Gustavo con dieciocho, nos arreglábamos bien con el dinero y mamá cuando estaba en casa era con su notebook todo el día, su café, y se iba a la cama.
Un año después Gustavo cumplió diecinueve, yo diecisiete, los cumplimos cerca: yo el ocho de noviembre y mi hermano el quince, con una exactitud de una semana de diferencia. Mi hermano para festejar, además de salir, se fue dos días de pura joda, de casa en casa, boliche, lo que sea. Cuando llega a casa mi mamá dice:
- ¿Donde estuviste? - enojadísima.
- ¿Y vos donde estás siempre que te das? - le contestó.
- A mi no me faltes el respeto, tenes que estar acá cuidando a tu hermana - dijo mi madre.
- Yo puedo cuidarme sola - agregué, estaba escuchando la conversación mientras bajaba por la escalera.
- Mocosa de mierda no te metas - dijo mi mamá.
- A ella no la tratas así, a nadie tratas así, sos una mierda vos, eso sos y te pensas que tu vida es sencilla, tenes hijos ¿los olvidaste? bueno, desde ahora tenes uno sólo de mi te olvidas - dijo Gustavo, y se fue nuevamente.
Me puse a llorar, tenía miedo de estar sola, ¿que iba a pasa con Gustavo?. Enseguida e mandó un mensaje diciendo "no te preocupes "Mar", siempre voy a estar con vos"
Nosotros no eramos los típicos hermanos que se peleaban, desde que se fue papá aprendimos a convivir y cuidarnos el uno al otro, y así hasta el día de hoy.
A la semana mi mamá puso plata en un sobre grande marrón y lo dejó arriba de la mesa con el nombre de "Gustavo". Era plata para un departamento, estaba muy asustada, quería irme con mi hermano.
Gustavo junto con un amigo pagaron el departamento así no gastaban toda la plata y le quedaba para lo demás. Yo le rogué que me llevara con él pero él me dijo que no podría mantenerme y mamá más plata no nos daría, así que tenía que esperar. Además mi hermano aparte de estudiar tiene que trabajar para sobrevivir, y yo ahí sería una molestia; preferí callarme y que me mantenga mi madre, más no podía hacer y era menor.
Y así paso un año, ahroa tengo 18 y desde que Gustavo se fue mi madre tiene más libertad y no le molesta dejarme sola. No nos saludamos, no nos hablamos, ella todos los días se va temprano a trabajar y luego no aparece más, tal vez para dormir o sino aparece al otro día. Igualmente, todos los días me deja plata sobre la mesa para mis cosas, no tengo porque quejarme pero ¿esto es una familia? Hace años no veo a mis abuelos, a mis tíos, primos, ni se si están vivos. No sabría si ir a verlos, tal vez piensan que soy como mi madre; y, además, no tengo como contactarlos.
Todo llegó al tope y escribo esto porque hace cinco días mi mamá no aparece, con razón me dejó más plata de lo habitual. Y yo está bien que se cuidarme sola, lo hice toda la vida, pero la soledad que siento es inmensa. Muchos dirían "mejor que tenes la casa para vos, aprovechala" pero no es así, maduré mucho y no quiero volverme loca, invitar a todos, hacer fiestas o lo que sea; mantengo la calma y me comporto como una adulta con mi casa, como si fuera sólo mía y viviera sólo yo. Intento cuidarla porque nadie más lo haría. Y mi madre no sé, tal vez se fue de vacaciones, tal vez murió. Cuando vengan a hacer el censo ¿qué les digo? Vivo con, conmigo y con, con, mi mamá.
Realmente no sé que es tener una familia, espero un día lograr formar una y juro que la cuidaré con todo lo que tenga.

miércoles, 20 de enero de 2010

Conversación, linda conversación.

Conversación ayer por celular (sacando las partes obvias y dejando las importantes)
Santiago: Tengo ganas de verte.
Mariana: Bueno, podemos arreglar algún día.
Santiago: Pero quiero tenerte conmigo siempre.
Mariana: Si... es difícil ¿sabes?
Santiago: Lo sé, ¿sabes algo?
Mariana: ¿qué cosa?
Santiago: Te quiero.

Que alguien me pellizque porque creo estar soñando.
A la vez me siento una basura, por más que el contacto físico no esté, sólo sea sentimental, pero me siento mal.
La cuestión es: ¿seguirle la corriente a Santiago que no quiere apurarme pero con sus comentarios hacen que me apure? o ¿dejar esto de lado, pedir sólo amistad y seguir con mi raro y casi feliz noviazgo?
¡HELP! Si alguien hoy está confundida, esa soy yo.

martes, 19 de enero de 2010

Una mañana con sorpresas.

10.06 a.m.
San: "Tengo un ramo de flores desde las nueve de la mañana, me levanté ansioso para comprarlas y ahora dudo de dártelas, por favor decime que estás en tu casa y no con tu novio, siento que debo dártelas."
10.08 a.m.
"Mar": "Wow, que sorpresa, me despertó el mensaje, me arreglo rápido, venite"
10.09 a.m.
San: "Estoy en frente de tu casa, princesa"
Me asomo por la ventana como escondida, ahí estaba.
Bajé con el poco arreglo y la almohada pegada a la cara todavía. (10.12 a.m.)
- San.. - dije y me cayó.
- Sh sh, se que esto no tendría que pasar, o si, pero se que no tendría que molestarte - dijo.
- Yo te doy el pié a que me "molestes" - dije, dándome cuenta de que en realidad era así.
- Esta semana y tres días fueron raros para mi, no sé, te extraño, te quiero ver, no creo que sea un capricho -
- Eh, em, no sé que decir - dije, nerviosa.
- No digas nada, princesa, si hay algo que tengas que decir ya va a salir solo - dijo, me besó la mejilla, sonrió y se fue. (10.15 a.m.)
Me quede unos segundos parada como una tonta pensando.
10.17 a.m.
Martín: "Estoy yendo para tu casa, ya casi llego, quiero despertarte bonita y pedirte perdón" (ayer se enojó porque nada más pudo verme dos horas, y estuvo enojado todo el día)
Corrí a volver a ponerme el pijama, despeinarme más y poner cara de dormida.
Riiiiing (timbre). (10.20 a.m.)
Atiendo con cara de dormida. Lo invito a pasar, hablamos, lo perdono (a todo esto no entendía ni que hacía)
- Te veo feliz, linda, que bueno que te agarré en un buen día - dijo.
- Si, si me desperté con el mensaje más lindo - dije, dándole a entender que era el suyo, cuando era el de Santiago.
11.15 a.m. :
- Me voy, tengo que ir a comprar unas cosas con mi viejo, después te llamo hermosa - dijo, yéndose.
- Bueno, quedamos así amor, besos.
Y nos despedimos.
Corrí a mi pieza, me senté a pensar mirando el ramo de flores. ¿Y si llegaba en el momento que llegó Santiago? ¿y si veía el ramo, que le decía?
Una mañana bastante ligera, bastante linda, bastante, demasiado rara; y todo hace unos minutos nada más, si estaba confundida, ahora lo estoy elevado al cubo.

Gracias por los consejos y la charla de ayer, chicas, me sirvió de mucho, son muy buenas chicas =)

lunes, 18 de enero de 2010

Una noche donde tiraba todo por la borda, pero me sostuve del salvavidas.

Sábado, salida con amigas.
Con Celeste estábamos nerviosas, ella iba a encontrarse con un chico que desde hace mucho hablaban y quedaron en verse, y yo sabía que esa noche en ese lugar iba a estar Santiago.
- Cele, no estoy segura de ir, me parece que me vuelvo a casa - dije.
- ¿Por? va a estar Santiago.
- Ese es el problema, ya te hablé de esto, no quiero, tengo miedo.
- Cuernealo a ese pelotudo de una buena vez, me cansa - dijo Celeste, enojada. Vale aclarar que Celeste odia a Martín, y eso que ella no detesta a nadie, es muy pacífica.
De repente se puso nerviosa porque vio Nicolás, el chico con el que ella iba a encontrarse por lo que se fue con él y yo me quedé con Florencia, mi otra amiga.
Empezamos a caminar, compramos unos tragos y nos fuimos a sentar. En eso veo a Santiago, me puse nerviosa, saqué de mi cartera un espejo, intenté arreglarme, me pinte, me tocaba el peo, estaba histérica. Se acerco.
- ¿Que haces, princesa? - dijo, feliz.
- Que bueno verte - dije.
- Si, me hubiera aburrido toda la noche si no venías - dijo, con su sonrisa.
- Ni que fuera tan divertida, jaja, te divertís con cualquier cosa vos - dije, sonando graciosa.
- Con vos sólo quiero divertirme - dijo, y me tomó de la mano.
Florencia enseguida se puso a hablar con los demás amigos de él, vale aclarar que es un tanto ligera ella.
No fuimos a la barra a comprar algo para él, me invitó algo pero le dije que ya había tomado, igual me compró.
- ¿Tu novio? - me preguntó.
- En su casa, medio enfermo.
- Entonces saliste de casería mientras el otro descansa jaja.
- No, tonto, jaja.
Bailamos un rato, hablamos, lo mismo de la otra vez. Fuimos a sentarnos a un sillón que estaba libre.
- Estas muy linda - dijo.
- Gracias, San. - dije, poniéndome vergonzosa.
- ¿Marcha todo bien con Martín? - me preguntó, serio.
- Marcha lento, suave; estamos bien pero yo me siento rara, y tal vez nos peleamos por eso.
- ¿Por qué rara?
- Porque me da miedo la confusión, miedo de cometer errores, me das miedo vos.
- Jaja ¿yo?
- Si, no te rías - dije, cada vez con más vergüenza.
- No tendría por que darte miedo.
- Si, San, sabes que algo pasa acá.
...
- Si, pero yo soy fiel a lo que vos sientas que tengas que hacer, yo no apuro a nadie.
...
(respire profundamente) - Gracias - dije.
Seguimos hablando de tonterías, hasta que me acosté en sus piernas y me dormí unos veinte minutos. Cuando despierto me estaba acariciando la cara, me tocaba el pelo.
- Uy, que tonta ¡me dormí! - dije, exaltada.
- Sos muy linda cuando dormís.
- Gracias, que tierno.
- Es la verdad - dijo, sonriendo - Estaba pensando...
- ¿En qué? - pregunte.
- En que yo espero mucho cuando quiero a alguien, pero con vos me cuesta.
- ... ¿y eso que quiere decir?
- Que yo no pretendo que dejes a tu novio y nos pongamos a salir, para mi las cosas llevan tiempo.
- No si, si, claro - dije, casi interrumpiendo.
- Pero me muero por besarte - dijo, mirándome fijamente.
Estaba muda, no sabía que responder, que hacer, que estaba pasando. Sabía que la situación iba a llegar, pero no así de rápido.
- Ves por qué tengo miedo, yo no se como reaccionar - dije.
- Perdón, nada más tenías que saberlo, princesa; vos hace lo que quieras.
¿Podía alguien ser más tierno? Creo que no.
Lo miré, sonreí, me acerqué y le di un beso largo, dulce, sin separarme por unos instantes... en la mejilla.
- Te quiero, San - le dije, y todo siguió normal pero un tanto incómoda la situación esa noche.

jueves, 14 de enero de 2010

Primera salida con Santiago

Ayer Santiago me mandó un mensaje para vernos e ir a tomar un helado. Accedí.
Pasó a buscarme por mi casa después de orientarlo bien y comenzamos a caminar.
"Por acá no" - dije.
"¿Por?" - me pregunto.
"Porque por acá siempre voy con mi novio, y con vos quiero que sea algo diferente, no qu7iero seguir esos pasos.." - me interrumpió su risa - "No, no piensas mal, sólo que..."
"Esta bien, entiendo, además no quiero que hablemos de él ni que lo recuerdes hoy" - dijo sonriente.
Sonreí también.
Hablamos de muchas cosas, nos reímos, nos manchamos con el helado y seguimos riendo. Después de unas tres horas (como pasó el tiempo de rápido) me acompañó a casa. Lo invité a entrar así se limpiaba la mancha en la remera blanca, y yo en la mía rosa.
En el baño nos salpicábamos, nos empujábamos, nos divertíamos como nunca. Eramos como amigos de siempre, que se conocían hace años y sólo llevábamos unos días (la primera vez que confié de golpe en alguien como para invitarlo a entrar a mi casa).
Estaba feliz, me había olvidado de todo, incluso de Martín.
Ya estábamos en casa (siempre sola, algún día contaré por qué) ¿qué mas da? lo invite a que se quede y ver una película por internet. No nos decidíamos y terminamos mirando "Pelea de novias" donde hablamos mucho de casamiento y todo relacionado a eso.
"¿Te vas a casar con tu novio?" - me pregunta.
"Tengo 18 años, la verdad no pensé en eso, sino en salvar la relación desde ahora, sino no llegamos al casamiento" - dije riendo - "Además..." - y me quedé pensado.
"¿Además que?" - dijo.
"Nada" - dije agachando la cabeza y sonriendo.
"Dale, decíme" - insistió.
"Además, no se si quiero salvarla" - dije mirándolo a los ojos.
Estuvimos mirándonos unos cinco segundos y sonrió.
"Ni yo quiero que la salves"
Me di cuenta que esto se iba hacía otro lado, tenía que frenarlo, yo no era como Martín, podría vengarme, claro, pero no quería caer bajo como él.
Le invité una bebida levantándome del suelo donde mirábamos la película, y rato más tarde nos despedimos como amigos y se marchó.
A los segundos me llega un mensaje "Realmente no quiero que la salves, princesa" (princesa porque él me rescató esa noche)
Y pensaba... Tal vez si quiero caer ajo como Martín, lo mío tal vez valía la pena, pero fallándole a alguien no ganaba nada, sólo el rechazo.

martes, 12 de enero de 2010

Santiago

Continuó todo estable, con peleas y reconciliaciones pero nada grave. Empecé un nuevo año, espero que sea uno distinto porque no quiero más golpes y caídas.
La semana pasada, en una de mis salidas con amigas, conocí un chico: Santiago. Es de una estatura media, fachero, rasgos perfectos, ojos celeste con pelo marrón tirado para el costado, no a ñp "flogger" sino una onda rara y despeinada, pero flequillo en si. Sonrisa seductora, carisma, gran sentido del humor; siempre está sonriendo.
Nos conocimos de una forma muy romántica. Esa noche discutí con Martín por una tontería y le dije a mis amigas que iba al baño pero me senté a llorar. Estaba muy enojada, cansada, histérica. Fui a comprarme un trago y había mucha gente entonces me tranquilicé y empecé a buscar a mis amigas. Como no las encontraba me subí a una especie de escalón donde había gente. En una de esas la gente comienza a saltar y me empujan; yo con mis tacos, me resbalo y caigo para atrás. ¿Dónde más iba a caer? él vio como me desplomaba del escalón (bastante alto) y me atajo, si, como en las novelas donde quedan a centímetros de juntar sus bocas. Estaba idiota, lo miraba y me bajó.
"Hubiera sido una caída fea" - dijo, sonriendo.
"Suerte que apareciste ¿cómo me viste?" - dije, todavía tonta.
"Te estaba mirando, sobre todo cuando te caías jaja y ahí estuvo tu príncipe para rescatarte" - dijo riendo y guiñándome un ojo.
"Si ¡que suerte! Muchas gracias" - dije, feliz.
"Santiago"
"¿Qué?"
"Que me llamo Santiago"
"Ah, yo "Mariana""
"Que lindo nombre" - dijo, y sonrió.
Estaba encantada, era un príncipe en serio; se me habían olvidado todos los problemas y enojos.
Corrí a contarle a mis amigas, pero iban a quejarse por "mirar a otro" (aunque ni querían a Martín) entonces se lo conté sólo a Celeste con la escusa de que me acompañe a comprar un trago.
"Y le pediste el celular me imagino" - me dijo.
No, que tonta, me embobé tanto que no lo hice; corrí a buscarlo por todos lados y no lo encontraba.
Me resigné y fui a bailar cuando de repente alguien me tomaba de la cintura y reía. Era él.
"Te fuiste rápido y no te pude decir algo" - me dijo entre tanto ruido.
"¿Qué me ibas a decir?"
"Que estás muy linda, aunque debes tener novio"
"Si..." (por desgracia) - dije, y empecé a enojarme.
"Bueno, una nueva amiga entonces; ¿me darías tu número?" - dijo, siempre con esa sonrisa.
"¡Claro!"
Intercambiamos números y pasamos toda la noche bailando y charlando.
Nos mandamos mensajes, como amigos claro, nos tenemos en el msn, facebook y no pasa un día que no me pregunte como ando o yo a él.
Se que está mal, aunque no esté haciendo nada en realidad, pero las ganas de morfármelo las tenía. Y bueno, soy humano, esas cosas no se presentan siempre pero me resistí, no voy a caer en la infidelidad hacía mi pareja, yo no, espero que no, creo que no... ojalá.

Día de la primavera.

Comenzamos como antes, a salir juntos a caminar y charlar, muy de vez en cuando le regalaba un beso; así hasta junio (increíble la paciencia que me tuvo).
Una tarde caminando, ya con frío, me dice:
"Creo que este tiempo sirvió realmente, y te juro que esta vez estoy listo"
"¿Para que?" - dije.
"Para que volvamos a ser novios, ¿queres?" - me preguntó.
"Mira Matín, vamos bien así ¿hace falta?" - dije.
"Hace mucha falta, porque vos no sos mía, vos podes conocer a alguien lindo, mejor que yo y estar con él y yo te quiero para mi sola"
"Si, como cuando yo te quería para mi solo"
"Pero..." - y se calló.
"Perdón por volver al tema de siempre, entendeme Esta bien, creo que esta vez funcionará, Martín" - dije, y lo besé.
Continuamos así hasta septiembre, día de la primavera. Se juntó el con todos sus amigos a tomar algo en la plaza,yo salí a pasear con mis amigas. Se nos ocurrió ir para la plaza así veíamos a los chicos y ahí estaba el, con el pedo más grande del universo hablando con Romina.
Me detuve a verlos, ellos ni me notaron. Parecía que discutían, él gritaba y ella reía, no podía entender bien que pasaba cuando ella me ve e instantáneamente lo besa y él se queda inmóvil.
Cansada estaba, harta, me fui rápido cuando le avisaron a él que yo estaba ahí. Comenzó a perseguirme y me alcanza.
"Amor, para para amor, no te vayas" - dijo.
"Una vez más estoy de más ahí" - dije.
"Vos viste que ella me besó, esta loca"
"Y vos no la sacaste ¿qué te pasa Martín? me estás pelotudeando y yo siempre caigo"
"Mira como estoy que puedo hacer, apenas te veo bien la cara"
"Así no, así no podemos seguir es siempre lo mismo al final. Olvidate de mi" - y empecé a irme.
Se puso a llorar, con el pedo que tenía se chocaba con las cosas, no me importó, lo dejé ahí.
Al otro día vino a buscarme a mi casa, como siempre yo sola en casa (tema aparte).
Voy a abrir y ver que quiere.
"Dejame hablar, por favor, no es como pensas, no estaba bien ayer, por favor "Mariana" por favor no me dejes, no otra vez, te amo"
"Va a ser siempre lo mismo si estamos juntos, para mi no es fácil esto porque te amo ¿si? y me cuesta entender que sucede, que queres. Te doy la posibilidad de que cambies y seas otro conmigo, te di la oportunidad de estar juntos, y lo arruinas" - dije, llorando.
"Por favor no llores, te amo, no fue como pensas, por favor te juro que nunca más tomo, nunca más; quiero estar con vos amor, por favor" - decía, llorando.
"Esta bien, una vez más, una vez menos... Entrá" - dije. Entró y nos pusimos a tomar mates.

lunes, 11 de enero de 2010

¿La vuelta?

Después de ese "te amo" inoportuno nos besamos, como una hora, cuando me levanté rápidamente y huí. Corrí y corrí hasta llegar a casa, llorar, y contarle a las chicas. No entendía que pasaba, por qué, cómo; se me había hecho una laguna inmensa llena de ideas, teorías, recuerdos. Estaba confundida ¿por qué me había hecho eso antes y ahora me busca? ¿por qué pudo fallarme de esa forma tan cruel, engañarme y encima seguro ocultármelo? ¿Tan cruel se puede ser?
Estaba destrozada, ese reencuentro no sabía si mejoraría algo después pero arruinó el resto de las vacaciones. No tenía hambre, no quería salir, y si lo hacía era con mi peor car; me había agarrado una inmensa depresión como nunca antes, ni cuando tenía que deprimirme no lo hice, y ahora si.
La confusión me invadía, estaba encerrada en una cárcel de ideas y preguntas sin responder; no podía confiar, no podía comprender. ¿A caso me ama en serio? Si vino hasta allí debe ser que si, pero como saberlo.
Mientras tanto él me llamaba, me mandaba mensajes pero pedí un tiempo para pensar, para reflexionar pero no estaba muy segura de si estos tiempos sirven, sólo se que llegó mitad de febrero y yo estaba tirada en mi cama y escucho el timbre. Estaba sola, por lo que tuve que ir a atender.
Abro la puerta y en el suelo había un gran ramo de flores con una tarjeta que decía "Te voy a esperar toda la vida". Ok, ¿para qué? me confundí más. Tenía que pensar seria y tranquilamente las cosas y ver que quería hacer realmente. Yo de él no me había olvidado pero ¿sería bueno volver? ¿o será peor? ¿ y si pasa lo mismo? ¿si no funciona? ¿si si funciona y me planteaba esto al pedo? ¿por qué me preguntaba tantas cosas? No sabía que hacer, llamé a Celeste para que venga y me de su consejo.
Ella decía de probar una vez más, pero cuidadosamente para no salir tan lastimada si no funcionaba.
Qué ánimo me dio, creo que fue para peor pero bueno, ella me tiró su consejo.
Al día siguiente lo llamé le dije de hacer lo de siempre (salir a caminar). A la media hora estaba en mi casa, en la puerta; salimos.
"Gracias por las flores" - dije, mirando el suelo.
"De nada, te plantaría hasta un jardín para vos" - dijo, sonriendo, siempre con su humor.
Sonreí y me detuve.
"¿Qué pasa?" - me preguntó.
"Pensé, pensé... mucho" - dije - "No sé por qué hiciste lo que hiciste, no sé por qué pasó lo que pasó en la playa, no sé por qué estoy acá con vos ahora; necesito que me respondas todo, no puedo decidir nada sino"
"Era un pendejo, lo soy, pero cambié mi forma de pensar. Te engañé varias veces sólo esa, porque pensaba que podía divertirme y a la vez amar, te tenía a vos para los mimos y cuando no te tenía los necesitaba, me divertía y estaba con otra" - dijo - "No sé por qué fui tan tonto, pero cuando te fuiste como si no te importara nada, te perdía, lo sentía, te llevabas todo... En ese momento entendí que pasaba"
"... No sé que debería decir ahora, fuiste un pendejo inmaduro, me lastimaste de la peor forma cuando yo te doy todo; el fracaso, la desilusión, se siente feo..." - comenté.
"Lo sé, perdón, nunca paré de pensar en vos, de pensar en como me equivoqué. Se que pensas que te estoy chamuyando, pero nunca fui tan sincero, ojalá me creas porque te amo" - dijo, nervioso.
No sé por qué, no sabía si darle tanta confianza de golpe pero lo dije.
"Te creo, Martín"
"Y... ¿entonces?" - dijo.
"Entonces quiero ir despacio, empezar de cero, no de cero pero de 0.50 por lo menos. Nunca te voy a perdonar, pero quiero tapar ese momento horrible con unos buenos y, aunque no deba, creo que puedo darte otra oportunidad, al fin y al cabo te amo" - contesté.

sábado, 9 de enero de 2010

Un año después.

Salí del lugar, alguien me toma del brazo y casi arrastrando me lleva hacía la otra punta.
"Soltame" - dije.
""Mariana", te amo" - dice, quien más iba a ser, Martín.
"Yo no entro en tu jueguito, a mi me perdiste, chau" - dije intentando irme.
"Me vas a dejar acá, veo. No te importo"
"Me parece que hay cambio de roles acá, yo soy la que no te importo, hacerte el que ahora si te importo no borra lo anterior, no intentes hacerme quedar como la mala" - dije y guiñé un ojo.
Nunca más hablamos.
Enero, me fui de vacaciones a Mar del Plata con amigas. Acostumbrábamos a ir a ver el amanecer a la playa, nos relajaba y hablábamos de la vida por horas.
Pero una noche pasó algo diferente. Fuimos y estábamos acostadas en la arena cuando mi celular suena, era él. No atiendo, aunque me moría de intriga.
A los cinco minutos alguien a mi cabeza habla:
"No vas a atender"
Me levanto sobresaltada, era él.
"¿Qué haces acá, Matín? - dije.
"Sabía que ibas a venir, me vine en un micro" - dijo.
"Estas loco, yo vine con mis amigas" - dije.
"Y yo vine a buscarte" - contestó.
Mis amigas dijeron de irse al dpto y que yo vaya más tarde así arreglábamos las cosas. Él contestó por mi.
"Todavía no salió el sol, es perfecto" - dijo mirando el mar.
"¿Perfecto para que?" - pregunté, enojada.
"Para empezar todo de nuevo, un año después, enero, amanecer, estamos solos como antes, vení, sentémonos"
Se sentó, me senté. No hablábamos, mirábamos el mar. Me estaba desesperando, pensaba ¿qué hacía acá? me tendría que haber ido con las chicas. Va, capaz esto no es tan malo, en si, nunca lo olvidé. Lo odio.
"Me equivoqué, "Mar", y feo; soy pendejo no se valorar lo que me rodea, yo te amo desde lo más profundo. Antes era una obsesión con vos que tenía y no te supe querer bien; pero al prederte la desesperación me invadió ¿sabes?, yo te amo" - dijo, mirando el mar siempre.
Yo no sabía que pensar, si era el puro chamuyo para quedar bien y tenerme otra vez, si era verdad realmente eso. las mujeres perdonamos fácil a veces, nos dejamos llevar por sólo palabras por ponernos ciegas. Pero bueno, hay que arriesgarse a algo.
"Yo no doy segundas oportunidades" - dije, y me levanté "Hasta nunca" - y empecé a irme.
Se levantó de golpe me dio vuelta y me besó. Soy fría y lo que quieras, pero es difícil correr la cara para un beso así. Me besó dulcemente, lentamente, tomándome de la nuca como no dejándome ir. Me llevaba la corriente y ahí es hora de mi razonamiento y caer en el "que estoy haciendo". Lo empujé.
"Esto no funciona así, sabelo" - dije.
"Si no me amas decimelo" - dijo.
Me acerqué, cara a cara y dije:
"No quiero mentirte, yo no engaño como vos, a mi con vueltas y juegos no; olvidate"
"¿De vos, o de esto?"
"Vos elegis, yo a elegí"
"¿Y qué elegiste?"
"Olvidarte, pero si apareces así no me funciona, borrate"
"Entonces nunca voy a desaparecer"
"No me compliques la vida, Martín; perdiste tu oportunidad conmigo y yo quiero seguir mi vida, no estancarme en vos. No intentes reparar lo que hiciste, no pretendo que lo hagas, me harías un favor si no volviéramos a hablar ¿si?" - dije, casi llorando. Me volvía loca el saber que estaba allí, un año después, mientras el sol salía y yo intentaba romper con esto.
Me miró, miro la arena, miró el mar.
"Está amaneciendo, por favor, hasta que salga el sol quedate conmigo" - dijo.
Nos sentamos, sin pronunciar ni una palabra. Comenzó a llorar, como un nene indefenso, como un bebé, como si se le fuera la vida. Esas imágenes te parten el alma, y bueno, caí como creo cualquier persona lo hubiera hecho, ya me hice bastante la dura.
Lloraba mirando el amanecer, cada vez que salia más el sol, más fuerte era el llanto.
"Ahora cuando termine de salir el sol te vas a ir, y no te voy a volver a ver nunca más, sólo como desconocidos" - dijo. "Y no quiero eso"
Yo, sin mirarlo, mirando que ya casi el sol salía por completo lo dije, si, por primera vez en nuestra historia se me escapó, lo sentí, lo tenía guardado y quiso salir, aunque capaz era para peor, pero lo dije.
"Te amo, Martín"