sábado, 14 de agosto de 2010

De novia

Luego de encontrarme con Mercedes, de discutir, de no llegar a nada, mandó todos mis muebles a la casa de Julián. La madre no entendía nada, por suerte es un amor y comprendió en seguida. De a poco estoy haciendo una especie de "mudanza" trayendo todas las cosas acá.
Mis amigos, cuando volví, habían puesto plata entre todos y me regalaron una netbook, me dejaron fotos y notitas en ella, unos dulces. Ahora me conectaron Speedy, pero no anda demasiado bien.

Esas son unas de las razones por lo cuál desaparezco, por lo cuál no escribo. Pero hay cosas lindas dentro de esto.

26 de Julio
Julián y yo en casa, tomando unos mates en el balcón, mirando el cielo. Cuando terminamos me levanté para acomodar, él me agarró de la cintura y me apretó junto a él.

- Te amo, y a pesar de esta situación que estamos pasando yo soy todavía más feliz - dijo sonriendo, bien cerca de mi boca.
- ¿Por qué más feliz? - pregunté.
- Porque siento que es como vivir con vos, paso varias noches acá, tardes; siento como si estuviéramos casados - dijo y rió.
- Que cosas decís, lindo - y lo besé.
- Mar, necesito asegurar esto, necesito tenerte, cuidarte, más que ahora -
- Si me cuidas, si estás, sos lo más importante hoy en mi vida -
- ¿En serio me decís? - dijo con una enorme sonrisa.
- Si, y no me hagas decirlo de nuevo porque me da vergüenza -
- Y escuchame una cosa ¿vos quisieras estar conmigo mucho tiempo más? - dijo en tono canchero.
- Claro que si, amor - contesté, sonriendo, mirándolo a los ojos.
- Entonces ¿podemos concretar esto? ¿podemos ponerle título? ¿querés ser mi novia? - dijo.
- Si, y mil veces si - dije con una enorme sonrisa que se hundió en un hermoso beso.

Me soltó, miró al cielo y gritó "Tengo la novia más linda del mundo", reímos, sabe que me da vergüenza que haga eso.
Alejada de todo, perdida en mis propios problemas pero feliz y de novia.

sábado, 24 de julio de 2010

Se necesita $

19 de Julio, me decidí y llamé a Mercedes.

- ¿Hola? -
- Hola Mercedes, habla Mariana -
- ¿Qué necesitas? -
- Nada, te venía a avisar que me volví a Buenos Aires -
- ¡¿Qué, cómo que te volviste?! ¿Con qué autorización? - gritó.
- Ya soy grande, a mi no me vas a internar en otra provincia, sola, sin conocer a nadie, sin conocer nada -
- Está tu tía allá, si que conoces gente -
- No la veo hace años, casi ni la conozco y ella no va a cargar con las cosas que vos no queres hacerte cargo. Quise volverme, me volví y no hay nada que puedas hacer -
- ¡¿Quién te pensas que sos?! ¡Te voy a mandar a la policía a buscarte si no apareces en una semana! ¡Sos una pendeja todavía, no podes tomar decisiones vos sola! - gritó y gritó.
- No voy a volver con vos, vos no vas a cuidarme, vos no haces nada por mi -
- ¡¡Yo te doy para comer nena!! ¡¡ que desagradecida sos!! -
- Bueno, seguí dándome esa plata para comer que yo ya tengo casa, porque vos me la sacaste -
- Yo no te saqué ninguna casa, te mandé a un lugar mejor ¡Hasta que no aparezcas no vas a tener ni un centavo mio! - y cortó.

Hubiera preferido no decirle nada, pero de todas formas necesitaba la plata más que nunca.

De Mariana: "Según la ley hasta los 21 me tenes que mantener"

De Mercedes: "Cuando dejes esa actitud de pendeja nos juntamos a hablarlo, yo no pienso darte ni dos centavos"

Capaz no dos, pero que me tire de a uno, lo necesito. Ahora no sé que hacer, si hablarlo, si decirle de encontrarnos; tampoco sé de que es capaz, de si va a atarme de manos y pies y encerrarme en una habitación oscura o va a decirme que no a todo y quedar sola, sin plata. De todas formas así debe ser, tengo que trabajar y conseguir lo mío pero no puedo mantenerme, mantener un departamento que ni siquiera es mío, mantener todo lo que me rodee con un sueldo cualquiera. Por suerte tengo guardada bastante plata, pero no sé cuando más durará.

viernes, 23 de julio de 2010

La vuelta, el reencuentro.

En Salta me sentía sola, a mi tía no la veía desde mi nacimiento prácticamente y era una persona desconocida para mi. Ella vive sola, en una casa muy chiquita pero linda con mucho campo alrededor, vive bastante alejada de todo, es como un pueblito donde todos me miraban y sentía como hablaban de mi.
Allá conocí una chica, Clara, nos hicimos amigas en poco tiempo y escuchó cada uno de mis reproches a mi mamá, de mis llantos, de mis dolores, como yo cada una de sus historias, amores, y su vida tan interesante.
Ese 15 estábamos tomando mate sentadas afuera de la casa, la noté un poco impaciente y por más que reiteradas veces pregunté que le sucedía no me dijo nada. La charla se puso linda, el día bastante agradable cuando vemos un chico que corría desesperado cerca de ahí, a unos cuaaaaantos metros, iba rapidísimo. Nos reíamos de como lo hacía, ¿qué tan apurado estaba? ¿a donde llegaba tarde?. La miré a Clara mientras me reía y ella estaba con lágrimas en los ojos.

- Clari ¿qué pasa? - pregunté un tanto asombrada. Ella no decía nada, estaba llorando, sonriendo, de hecho se reía mirando el suelo. Levantó la vista en un momento y dijo:
- Las cosas que hace el amor, Mar -
- No entiendo... - contesté.
- Que el amor corre rápido, sino mirá - dijo y me señaló al frente donde venía aquel chico corriendo.
- ¡No puede ser! ¡¡¡¡JULIÁN!!!! - grité, salí corriendo, casi tropiezo, no me importó nada.
Corrí lo más rápido que pude hasta que estaba a un metro solamente, ahí salté, me colgué de él, nos abrazamos llorando unos minutos, fuerte, fuertísimo como si no quisieramos soltarnos (no queríamos).
- Perdón por tardar - dijo sonriendo, despegándose de mi.

- Sabía que ibas a venir por mi, yo sabía - dije, llorando, lo abrazaba, lloraba, lo besé, nos besamos.

Luego de unos minutos se acercó Clara a saludar.
- Te presento, él es Julián, del que tanto te hablé - dije.
- Si me habrás aturdido - dijo riendo, con esa tonada linda que tiene ella.
- Pero, no entiendo algo ¿cómo sabías que era él? - pregunté.

Ambos se miraron y se rieron, yo, obviamente, entendía menos.

- El otro día, mientras nos echamos una siesta abajo de los árboles de tu tía, agarré tu celular y lo llamé, no podía escucharte mal. Quería saber que pensaba él de esto y le conté todo, donde estabas, como llegar, para que no se pierda porque me dijo que quería venir a buscarte. Borré la llamada y me hice la tonta - dijo Clara, riendo.
- No lo puedo creer ¿hiciste eso? ¡mala! no me dijiste nada - dije.
- Era sorpresa, yo le anoté su celular y nos contactamos, yo sabía que hoy él iba a venir - dijo ella.
- Por eso estabas tan nerviosa - dije.

Pasamos toda una tarde juntos, conversando, riendo. Se hacía de noche.

- Despedite porque nos vamos - dijo Julián, agarrándo fuerte mi mano.
- ¿A donde? - pregunté.
- Nos volvemos a Buenos Aires, vos acá lejos de todos no vas a estar, y menos lejos mío. Empacá todo - dijo él.
- No ¿y a donde voy? no puedo así - reclamé.
- Ya vas a ver, vas a tener donde estar, vamos, apurate -

Bueno, no me costó nada decirdir si iba o no, era lo que más quería.Le expliqué a mi tía lo que sucedió, le dije que no diga nada a Mercedes, que lo prometa. A lo que contestó que no iba a decir nada, que estaba feliz con lo que hacía, que mi lugar era allá, con mis amigos, con este chico, que aceptó que yo venga porque no quería que me quede con cualquiera, pero que a Mercedes ella no la quería por todo lo que hizo, por abandonar así a mi papá, así a mi hermano, así a mi.Pasamos toda la noche juntos, en lo de mi tía, con Clara. Me despedí de ella y temprano fuimos a tomar el micro.
Al llegar Julián llamó a su mamá, le dijo que estaba todo bien y que ahora iba a "ese lugar". Pregunté a donde, y no me contestó.
Fuimos en remis hasta Capital, ya ma resultaba extraño esto. Llegamos, me hizo subir a un departamento hermoso, lujoso, sin muchos muebles, se notaba abandonado, pero hermoso en si.

- ¿Y esto? - pregunté.
- Es tuyo - dijo.
- ¿Qué? ¿me estás cargando? -
- Dijiste que no te ibas a quedar en mi casa, bueno, hablé con mamá y me contó que tenía este departamento hace bastante, para cuando yo quiera independizarme bien, irme a vivir solo y demás. Es un regalo que ella pensaba hacerme, que yo te lo presto - dijo él.
- No, no, Juli - y lloré, de felicidad, no sé, lloré.
- Hoy duermo con vos acá, después no molesto más - dijo abrazándome - Te amo, que bueno tenerte cerca -

Era perfecto, estaba muy lejos de mis amigos pero me sentía a salvo, en "mi hogar" y sabía que si quería ver a alguien tomaría unos minutos solamente. Además, lo tenía a él.
Pero los días iban a pasar y mi Mercedes iba a tener que enterarse de que yo estaba acá...

jueves, 22 de julio de 2010

El por qué de mi ausensia.

Hoy, de casualidad, van dos meses desde que no subo una entreada acá. Todos se preguntarán por qué, y no es para menos.

Mi relación con Julián iba excelente, tranquilos, sin apuros, ideal. Pero surgió un problema que tiró todo abajo. Una mañana, yo estaba sentada en la cocina desayunando, se acerca Mercedes, apoya en la mesa un pasaje con destino a Salta que partía al día siguiente (26 de Mayo), un sobre con bastante plata, y se va. Al ver eso no entendía mucho.

- ¿A donde vas? - dije.
- A trabajar - respondió
- ¿A Salta? -
- No, ahora me voy a trabajar, vos te vas a Salta - contestó
- ¡¿QUÉ?! - grité un tanto alterada.
- Si, allá está mi hermana, ella se encarga de vos -
- ¿Y por qué tengo que irme? -
- Porque yo no puedo cuidarte -
- Vos no queres cuidarme que es distinto, entonces buscás a otra para que te reemplase. No, yo de acá no me voy, sé cuidarme sola como lo hice todo este tiempo. No me pienso mover - contesté firme.
- Vos te vas mañana porque esta casala vendo mañana mismo -
- ¿Qué? ¿Cómo que la vendes? ¿Qué te pasa, Mercedes? -
- Mi casa, mis desiciones - y se fue.

Lloré por unos minutos, sin saber que hacer, hasta que empecé a llamar a todos para contarles. Todos me ofrecía quedarme en su casa, ser su huesped, pero no, no puedo aceptar eso, no iba a interrumpir una familia, una cotidianeidad por mi. Entonces fue cuando me acordé de mi hermano y lo llamé.

- Hola, ¿Gustavo? -
- ¿Mar? ¿cómo andas? -
- Mal, escuchame, mamá me quiere mandar a Salta con la tía, mañana mismo porque vende la casa -
- ¿Qué? Está loca esa mujer. ¡¿Por qué no me avisaste antess?! -
- Porque me enteré recién - y ahí largué el llanto.
- Bueno, Mar, esperá, pensemos, calmate -
- ¿No puedo ir con vos? - dije entre lágrimas.
- Mmm no, Mar, acá no duras ni un día, es un desorden, no podría darte bola, ni para comer, capaz mamá se enoja y ni plata te tira, como a mi -
- Tenés razón... ¿Y qué hago? -
- Dejame que piense y te llamo -
- Dale, te amo hermano -
- Yo más tonta -

Y me sentí mucho mejor después de hablar con él. Pero ahora falaba contarle a Julián, a ver que decía.
Lo llamé.

- ¿Juli? -
- Hola linda, que raro que me llames a esta hora -
- Tenemos que hablar ¿podés venir a casa? -
- ¿Qué pasa? -
- Vení, por favor -
- Bueno ya voy -

A los minutos llegó y lo abracé tan fuerte como pude y me largué a llorar.

- Mar, para ¿qué pasa? - dijo y le mostré el pasaje.
- Decime que es joda, Mariana - dijo asustado y lloré más fuerte.
- ¿Por qué? - dijo con lágrimas en los ojos.
- Mamá vende la casa, me manda con mi tía -
- No, no, está loca ¿y tu hermano? -
- Se queda, él tiene todo acá, y yo no puedo vivir con él -
- No, Mar.. Vos.. vos vivís conmigo, te venis conmigo ¿dale? - dijo, nervioso, alterado.
- No, Juli, no. Yo no voy a molestar a nadie - contesté.
- Mar, no molestas, por favor, vení a casa -
- No, Julián. No -
- Pero... ¿cuánto tiempo te vas? -
- No sé, capaz días, capaz meses, capaz para siempre si ella no me quiere -
- No, Mar, no - y se puso a llorar.

No encontamos solución, mi hermano no pudo hacer nada así que solo quedó hacer una cena de despedida en lo de Celeste y listo. Lloramos mucho, éramos varios, pero las lágrimas no hacen nada. Al día siguiente partí, viendo la cara de dolor de Julián por la ventanilla.
Mientras estaba en el micro le mandé un mensaje.

De Mariana: "Gracias por todo, pero ya sos más que libre"

De Julián: "Yo te voy a esperar siempre"

De Mariana: "Ya está, Juli, sos libre"

No iba a dejarlo en mi espera y cortar toda su vida. No éramos novios pero él lo tomaba así. No iba a pedirle que me espere si yo no sabía ni cuando iba a volver.
Cuando llegué me llamó llorando, enojado, tratando de convencerme pero fue inútil. Así estuvo un mes y muchos tiempo mas, ya era fecha 15 de Julio y para mi sorpresa hay personas que jamás se rinden.


sábado, 22 de mayo de 2010

Destino

Desde el martes 11 que estamos más juntos que nunca, de a poco siento como ese mejor amigo que una vez tuve se va convirtiendo en alguien tan especial para mi, llenándome, completándome de a poco. Salimos juntos ese finde se amana, el día viernes y el sábado nos quedamos en mi casa mirando películas, como me gusta a mi... y se ve que a él también.

Ayer, Viernes 21, salimos Celeste, Nicolás (que ya había formalizado y puesto de novios), Julián y yo a tomar algo tranquilos, bailar un rato, divertirnos. En fin, la estábamos pasando bien, compartiendo anécdotas y riendo de cualquier cosa.
Entre las risas, y las conversaciones Nicolás le susurra algo en el oído a Celeste. Ella lo mira y le dice algo un poco nerviosa.

- ¿Qué pasa? - pregunté intrigada mientras veía como Celeste se ponía bordo.
- Nada - contestó rápido, miro a Nicolás y se rieron.
- Dale que pasa, Celeste - dije, me estaba poniendo nerviosa.
- Te tengo que decir algo... bueno, se lo cuento a ambos ya que están - dijo ella.

Nos miramos con Julián, y rápidamente clavamos la mirada en ella mientras al lado suyo Nicolás se reía por dentro, y la abrazaba de la cintura.

- Nico ¡no sé como decirlo! - le dijo ella a él.
- ¿Se van a casar? - dice Julián sonriendo, mientras yo permanecía seria, esperando que me cuente.
- Van a ser los primeros en esterarse, porque sos mi mejor amiga vos, Mar, y tenés que ser la primera - dijo, con una voz dulce.
- ¡Dale, pero contame! - dije.
- Hoy yo... bueno, con Nico, peor yo... bueno, nada... - (silencio)
- ¡Dale, la puta madre! Me pones nerviosa, Celeste - dije.
- Mar... vos sabes, dale... -

Mis ojos se abrieron, gigantes, Julián me miraba sin entender... y ahí entendió.

- Nooooo ¡felicitaciones! Va, no sé que se dice - dijo Julián.
- ¿Y? - dijo Celeste mirándome, esperando una respuesta.
- Esto se habla a solas - dije, me levanté, la tomé del brazo y la llevé al baño.

Apenas entré, como una nena de doce años, empecé a saltar, gritar, y ella muerta de vergüenza.

- ¿Y cómo fue? ¿dónde? ¿te dolió? - la llenaba de preguntas.
- Fue hoy a la tarde, en su casa, y si... dolió un poco - dijo avergonzada.

Hablamos un rato más, la sentía, no sé, más grande y a la vez más chica. Fue un momento lindo, del que me dio mucho a pensar.
Volvimos a la donde estábamos. Nos sentamos.

- Che, cuidala - le dije a Nicolás, con un tono gracioso pero firme.
- Eso ni se dice - respondió con una sonrisa - y ustedes ¿para cuando? - y rió.
Celeste notó mis nervios en el momento y dijo - Ay, Nico, que disfruten su vida ahora, dejalos -
- Ya, ya me la llevo al telo - dijo Julián riendo; yo, bordó.
- Pero... ¿son novios? - preguntó Nicolás.
- No - enseguida respondí - Somos... -
- Amigovios - terminó mi frase Julián y me tomó de la mano.

La noche siguió bien, normal... Volvíamos caminando, tomados de la manos, solos, y yo pensaba en lo lindo que se veía juntos, estaban más felices y unidos que nunca Celeste y Nicolás, los envidiaba (una envidia sana) y me ponía tan bien por ellos... Y todo el camino prácticamente callada pensando en eso.

- ¿Qué pensas tanto? - dijo Julián, un poco preocupado.
- En el futuro ¿ estaremos juntos? ¿que será de nosotros dos? - le pregunté. Él se sorprendió al escuchar eso.
- No sé, Mar... no sé - respondió y nos callamos ambos - Igual, me gustaría que si - agregó.
Le sonreí, lo tomé más fuerte y seguí pensando hasta que dije - ¿Para vos el destino nos querrá juntos? -
- No sé, no creo en el destino. Estamos juntos porque así pasó - dijo y ahora él se quedó pensando... Frenó, me tomó del cuello/cabeza suavemente y me miraba fijo. Me soltó y seguimos caminando.
- ¿Y eso? - pregunté sorprendida.
- Me equivoqué - contestó.
- ¿En qué? -
- Si creo en el destino, y en que estamos juntos porque debía pasar -
- ¿Y por qué cambiaste de opinión tan rápido? -
- Porque te vi a los ojos y me di cuenta que me equivoqué, yo sé que tenemos que estar juntos - dijo mirándome mientras caminábamos - Te amo, Mar -
Frené y lo abracé unos segundos, lo miré, le sonreí y seguimos caminando.


miércoles, 12 de mayo de 2010

Amigovios

Martes 11
Quedamos con Julián en vernos. Vino a casa y preparé chocolate caliente con una rica torta para pasar la tarde. Nos sentamos en el sillón tapados con una manta como ancianos mirando su novela, agarrando la taza con ambas manos y la torta en nuestras bocas.
Fue una tarde acogedora, inusual, diferente pero linda.
La torta se había acabado, su taza y la mía estaban vacías y fue cuando él, rápidamente, buscó tema de conversación.

- Mar, quería preguntarte algo -
- Decime - contesté.
- Quisiera saber cómo estás con respecto a tus amores, sin mentiras ni nada como yo te lo dije a vos, así me oriento un poco porque... no sé... quizás... viste, hay algo nuevo - dijo un tanto nervioso.
(extraña la pregunta, pensé) - Mira con Santiago no volví a hablar, la última vez cerré todo y no pretendo nada con él, que se yo. Con Martín es muy raro, nos dimos.. se ilusionó, el otro día hablamos y dijo quedamos en que ya fue todo, pero después me besó, y después dijo que ya fue; es un poco raro pero.. ya fue supongo. Y nada, Diego nada - contesté.
- Ah.. bueno - dijo un poco más calmado.
- ¿A qué venía la pregunta? Curiosidad no es y te conozco - dije riendo.
- No nada, basta Mar - dijo un poco avergonzado.
- Dale, tonto, como si no pudieras confiar en mi - le insistí.
- No, nada... quería saber si, si vos querías... o sea, si estaba en tus planes, o no porque puede que no esté pero bueno viste que a veces se da... entonces, ya que estabas sola, bueno.. entendes, si vos.. yo.. bueno - dijo sin poder formar si quiera una oración.
- No entendí nada, Juli, tranquilizate - dije.
- Si vos querías empezar algo con alguien, o sea si estarías dispuesta -
- ¿Con vos? - contesté rápido - Perdón, no fue porque seas VOS pero, no sé, reaccioné así - y me reí.
- Si, está bien si no queres... pero, capaz... - seguía nervioso - Ah ¡la puta madre! -
- ¿Qué pasa? - dije.
- Me pongo nervioso con vos - dijo.
- Ay Julián, sos el menos vergonzoso y encima nos conocemos hace años - dije riendo.
- Si, pero cuando estás frente al amor de tu vida cuesta... -
Quedé callada un momento - Bueno no te apures, no siempre soy lo que parezco - dije, frenando un poco el carro quizás.
- Sos lo que busco, lo que quiero...- contestó.
- Y... ¿qué queres... que dejemos de ser amigos? - pregunté un poco dudosa.
- Ya no lo somos, te veo como algo más... pero quizás, no novios, pero... algo - dijo - Algo un poquito más estable - agregó.
- Si, Juli, quiero... pero esta vez que sea bien lento, por favor... - aclaré.
- Sin duda... entonces somos... -
- ¿Amigovios? - completé la frase.
- Emmm, dale, amigovios me gusta - y sonrió.

Si queres saber más:

lunes, 10 de mayo de 2010

Ya fue

Sábado 8

Salimos con las chicas.
Estaba bastante distraída, disfrutando; me había encontrado con mucha gente conocida y la estábamos pasando demasiado bien. Como suele pasar, viene el problema:
3.30 a.m. aprox. del domingo 9, viene alguien a tomarme de la cintura, giro y era Martín. Me saludó con un abrazo, hablamos una que otra pavada hasta que llegó lo serio.

- Vení, vamos a hablar allá - dijo y me dirigió a los sillones.

Estaban ocupados, por lo que nos quedamos conversando apoyada en una pared y él en frente mio.

- Te extrañé este tiempo - dijo.
- Si, yo también, ya ni mensajes me mandabas - contesté.
- Si... fue todo raro Mar, perdón -
- No, ni te preocupes, ya fue -
- ¿Ya fue? - preguntó.
- ¿Qué? Si - dije un poco insegura.
- Ah... ¿si? -
- ¿Qué cosa? No entiendo - respondí perdida.
- No sé, esto que veníamos rearmando -
- ¿Armando? - dije y agregué - Perdón, Martín, no veníamos armando nada -
- Ah... ¿No? - dijo un agachó la cabeza - Yo sabía que me ilusioné de más -
- No sé que decirte - comenté un tanto confundida.
- Nada, Mar, dejá, ya fue... fui un boludo - dijo.
- Bueno, tampoco aclaramos las cosas, no te eches la culpa - dije intentando consolarlo.
- Si pero no sé que flashee, las cosas que pienso. Ya fue Mar, posta - dijo.
- ¿Ya fue? -
- Si, ya fue - dijo y ya reía.

Un tanto extraño fue, convengamos. De todos modos seguimos la noche juntos, normal, sin intentar sobrepasarse. No dijo nada de ningún chico que se me acercó, ni miro mal a los que me miraron. Pero las preguntas aparecieron luego de un comentario de Florencia.

- ¡Dedicasela a Juli! - gritó Florencia mientras meneabamos salvajemente en forma de chiste.
- ¿Juli? - en seguida preguntó él.
- Si, Juli... -
- ¿Estás con él? - preguntó.
- No sabría decirte - contesté.
Puso cara de las peores que existen, miró para otro lado pensativo, volvió a mirarme y dijo - Ya fue, negra - y rió.

Esas cosas raras de él que todavía no comprendo, pero te alivian (aunque confunden)
De todos modos esto no termina acá. Cuando nos vamos él se iba a lo de un amigo, por lo que viene a saludar a todos. Me abraza, me mira y me da un beso en la boca, y dice:

- Ya fue, Mar - guiñando el ojo.

Eso si me confundió, y causó gracia. Decidí sacarme la duda.

07.55 a.m. De Mariana: "Qué quisiste decir?"
07.57 a.m. De Martín: "Que ya fueee"
08.01 a.m. De Mariana: "Ya fue qué? porque me diste un beso"
08.03 a.m. De Martín: "No me jode, fue uno de despedida, YA FUE"
08.04 a.m. De Mariana: "Si, ya fue"

sábado, 8 de mayo de 2010

¿Será por algo?

Miento si digo que no pasó nada.
Apenas llegamos, abrí la puerta y lo invité a pasar. Le ofrecí algo fresco. Mientras, en la mesada, servía dos vasos con agua bien fría siento una respiración en la nuca, sus manos en mi cintura y besos en el cuello y hombro. Así unos segundos hasta que di media vuelta para colgarme de sus hombros. La cosa se puso más encendida, como pudimos (sin despegar nuestras bocas) caímos en el sillón, el arriba mio, para besarnos por un largo rato.
La situación se tornaba un tanto caliente, vamos a ser sinceros, pero sin desuvicación de su parte, respetándome.
Le saqué la remera, él a mi y nos inundamos de besos. Los zapatos no sé en que momentos los perdí de mis pies al igual que él con sus zapatillas. Pero cuando él intento desabrochar mi pantalón me invadieron los nervios (recuerden que soy virgen). Quizás ni era su intención y ahora que lo pienso, si no hubiera sido virgen, lo podría haber hecho sin drama alguno, pero no... frene todo enseguida y razoné lo que pasaba. Rápidamente me acomodé y él me pidió disculpas desesperado.

- Está todo bien, Juli - dije.
- No quiero que pienses que sólo quiero llegar a eso porque no es así, es más ni sé si pretendía hacerlo, no tengo como cuidarnos - dijo.
- Bueno, mejor saberlo - y reí - No quise asustarte igual, pasa que pensé que podía llegar a pasar eso -
- Todo bien, Mar, yo por vos doy todo y te espero lo que quieras - dijo.
- Otra vez con que me esperas - dije y reí - No sé, es complicado además, ¿qué hacemos hablando de esto? - y comenzamos a reírnos.
- Que venís a hablar si debes haber estado con cada uno, Santiago, Martín, ese Diego - y reía.
- Julián, soy virgen - dije sería pero luego reí por su cara.
- ¿En serio? - dijo sorprendido.
- Si, Ju. No tiene nada de malo che -
- No, obvio que no, es que pensé que con Martín... bueno -
- No, nunca quise, no me consideré lista. Con Santiago no se dio y Diego, ¡che! lo vi un par de veces nomás - dije riendo.
- Mira vos, entonces mereces un trato especial - dijo.

Le agradecí, hablamos un rato más y luego se fue.
Me sentí un poco tonta pero feliz de que me entienda.

Ayer viernes decidí no salir e invitarlo a casa para ver una que otra peli, hacer pochoclos y comer bastante. Sin dudarlo aceptó. No pasó nada extraño, sólo dormimos abrazados un par de horas.
Fue raro y ¿sabes por qué? porque yo nunca invité a un chico, ni siquiera Martín en época de noviazgo, a dormir a mi casa... y con él no tuve problema.
¿Será por algo?

No duden en preguntar!!!

viernes, 7 de mayo de 2010

¿Será correcto esto?

Luego del viernes llegó el sábado 1 de mayo.
Salí sólo con Mati ya que Celeste salía con Nicolás y Florencia con un chico.A los quince minutos después de partir se sumó Julián diciendo que nos esperaría en donde bajáramos del auto. No sé si tenía ganas, porque me daba un poco de incomodidad lo que había pasado el día anterior.
Llegamos y ahí estaba él esperando. Lo saludé normal pero él suavemente pasó sus manos por mi cintura.

- ¿Vamos a empezar desde ahora? - dije sonando graciosa.
- Desde cuando quieras - dijo sonriendo.

Me tomó de la mano (para mi sorpresa) y entramos. Estaba inquieto, ponía su mano en mi cintura, la sacaba, luego las dos, las sacaba. Me abrazaba, se arrepentía. Me daba la mano, la apretaba, la soltaba... se me acercaba un chico y la volvía a agarrar.

- ¿Qué pasa, Juli? - me arriesgué y pregunté.
- Nada, Mar, nada - dijo un poco nervioso.

Bueno, dejé que siga así ya que no quería contarme.
Después de unos minutos Julián me suelta de golpe, se aleja un poco, mira para todos lados y se va.

- ¿A dónde va? - le pregunto a Mati.
- No tengo idea, Mar... ¿te jode si me intento levantar a esa chica? - me dijo.
- No, negro, anda no hay drama, me quedo acá esperándolo. Suerte - dije y le guiñé el ojo.

De repente, de la nada, aparece Diego.

- ¿Qué haces, linda? - dijo sonriendo estirando los brazos para abrazarme.
- Bien bien ¿vos? - (y este que onda ¿me persigue?) contesté mientras me apretujaba.
- Feliz de encontrarte - sonrió - ¿Con quién viniste? -
- Con Mati y un amigo... pero se fue a levantarse a una tu amiguito - dije riendo.
- Mira vos. ¿Vamos a bailar allá? - dijo.
- Mmm bueno - dije después de dudar un poco y buscar a Julián con la mirada.

Bailamos, baile va, baile viene, se acercó y me robó un beso.

- ¿Qué hacemos? - dije intentando que suene gracioso y no preocupante.
- No podía contenerme - respondió.

En ese momento veo en un rincón a Julián hablando con una chica, ella se le acercaba pero parece que discutían. Cuando en un momento, mientras él el decía vaya uno a saber que, la chica lo besó y él medio desentendido, confundido quedó quieto respondiendo al beso pero sin tomarla de la cintura, rostro, mano o alguna parte del cuerpo.
Me sentí un poco mal al ver eso, me enojé por dentro. Mi actitud de pendeja volvió a nacer y aproveché que estaba con Diego.

- ¿Seguís sin poder contenerte? - dije acercándome un poco.
- Si me hablas y me miras así no - y me tomó de la cintura.
- No te contengas - dije luego de mirar para atrás y ver que Julián y esa chica había desaparecido.

Nos besamos un rato con Diego hasta que aparece Matías diciendo que encontró a Julián llorando sentado en un sillón. Les dije que se queden ahí que yo hablaba con él.
Me acerqué y estaba mirando para abajo, apoyando sus codos en sus piernas teniendo estas abiertas, agarrándose la cabeza.

- Juli ¿qué pasa? - dije pasando la mano por debajo de su cuello, como abrazándolo.
- Nada, Mar... Anda a divertirte - dijo.
- Julián de acá no me voy hasta que no me cuentes -
- Si estabas bastante entretenida con ese chico - dijo.
- ¿Diego? ¿Yo entretenida? ¿y vos? ¿y esa chica? - comencé a enojarme.
- No es nadie ella... - dijo por lo bajo.
- ¿Nadie? Bueno, Diego tampoco, un conocido nada más que me tira onda y yo respondo, supongo que ella será igual - dije y no pude contenerme, tuve que agregar algo - Además no tenes por qué enojarte con eso, bien que se besaron -
- Ella me besó -
- Y le respondiste -
- No, no sabes como son las cosas - dijo.
- Bueno, explicamelas así me entero -
- Te mentí cuando la otra vez te dije que estaba solo, en si ella no es mi novia ni nada pero andábamos juntos. Le conté de vos, ella me consoló y así surgió todo -
- ¿Cuál era la necesidad de mentirme? - pregunté.
- Si te decía que estaba viéndome con alguien quizás no pasaba lo que pasó -

Se formó un silencio incómodo, no supe que responder por quedarme pensando y analizando las cosas.

- Estaba nervioso porque sabía que ella iba a estar ahí, cuando la vi fui a buscarla para hablar -
- ¿Y qué le dijiste? - pregunté intrigadísima.
- Que no pude olvidarte. Me dijo que ella iba a lograr que me olvide de vos y ahí me besó. Yo me quedé quieto, respondí por costumbre pero fue sólo unos segundos. Me separé y le dije lo que pasó ayer y se enojó muchísimo conmigo. Le dije que ya fue todo y bueno, fui a buscarte y te encontré con este chico - dijo y veía como caían las lágrimas al piso mientras seguía mirando para abajo.
- Ah, no sabía - (Justo en ESE momento apareció ¿no podía ser otro?)
- Ya está no importa - dijo.
- Julián, Diego no es nada para mi, sólo nos vimos dos veces en un boliche y hoy le di porque te vi con ella y me puse celosa - comenté.
- Ah ¿si? - dijo mirándome, un tanto emocionado.
- Si - dije, me quedé pensando y agregué - Tampoco quiero que dejes de hacer cosas o salir con personas por mi, no somos nada -
- Tampoco daba para más eso, pienso solamente en vos - me dejó en claro - Sé que no somos nada o que somos algo indefinido pero por favor no me niegues que no pasa algo entre nosotros -
- No... algo pasa - dije y él sonrió haciendo una pequeña mueca.

Comencé a secarle las lágrimas con las manos suavemente, cada ves estábamos más cerca. Tenía su boca muy junto a la mía, casi por besarnos hasta que uno de mis pensamientos me interrumpió ¡Diego!

- Juli, perdón, no puedo - dije alejándome.
- ¿Por qué? ¿Tenes miedo a que pase lo mismo de siempre, no? Confundirte -
- Hmmm no tuve en cuenta eso pero ahora que me lo recordaste si. Igual no es eso, es Diego - dije.
- Peor me dijiste que no pasaba nada -
- Si pero prefiero dejarle las cosas en claro, por las dudas, para ahorrar quilombos -
- Es verdad -

Fui a hablar con él, sonrió al verme llegar.

- Tengo que decirte algo - dije.
- Lo que quieras, linda - acercándose.
- Perdón, en realidad no sé por qué pero es para evitarme líos como me pasa siempre. Estoy en algo complicado con un chico que está acá, nos vio juntos y surgió una discusión un tanto rara - le dije.
- No pasa nada, linda, entiendo. Una lástima no poder aprovecharte más - comentó.

"Se lo tomó bastante bien" pensé y lo abracé.

- Gracias, nene, igual quiero que de acá surja una amistad - dije.
- No lo dudes, tenes mi número para amistad, romance o noche hot - dijo riendo.

Volví con Julián, estaba discutiendo con la chica nuevamente (llamada Constanza). Ésta me vio llegar y se le trasformó la cara al verme.
Vi que se acercaba a mi, con odio, se me puso de frente y dijo.

- A vos te voy a matar-

No dio tiempo a contestarle que desapareció.
Julián me dijo que seguía enojada y que ella me odiaba. Me reí pero desde ahora qué va a pasar ¿tengo que cuidarme de minas calientes con un chico que me como?
Él se acercó a besarme.

- Perdón, Ju, hoy no... Ya bastante bardo tenemos, por un día no armemos más , por favor -

Me entendió y no nos besamos ni agarramos de las manos, actuamos normal. De todos modos me acompañó a casa, lo invité a pasar y ¿qué habrá pasado?

Los dejo con la intriga.

PREGUNTAS!!

sábado, 1 de mayo de 2010

Algunos errores son deliciosos.

Sábado 24

Salí con Celeste y Matías a donde siempre. ¿Quién apareció? Diego.

- Hola linda - dijo.
- Diego ¿qué haces acá? - pregunté.
- Mati dijo que estaba bueno este lugar, nunca me quedé mucho tiempo y vine con amigos a ver que onda -
- Ah, mira vos... que bueno - contesté.
- Me vas a tener jodiéndote toda la noche se ve - dijo sonriendo.
- Parece que si - contesté respondiendo a su sonrisa con una mía.

Me siguió toda la noche, no se tornó pesado pero si un poco intimidante.
Mientras bailábamos me tomó de la cintura sonriendo y diciéndome cosas graciosas al oído. Yo reía y sonreía todo el tiempo, cuando veo pasar a Santiago, quién miraba fijamente. Mi sonrisa se borró, mi mente quedó en blanco.

- Ahora vengo - dije.

Fui tras él, me vio llegar.

- Mira quién se digna a hablar - dijo Santiago.
- Si vine es para sacarme esto de encima y que no quede nada pendiente ¿qué querías decirme? -
- Me parece que no es el lugar - dijo, me tomó de la mano - Vení - y me llevó a un rincón donde se escuchaba poco la música.
- Mar ¿qué estamos haciendo? - preguntó.
- Yo disfrutando mi vida ¿vos? la pregunta es ¿qué estás haciendo vos? - contesté.
- Yo realmente no sé que hago, seguirte la corriente... -
- ¿Seguirme la corriente? - dije interrumpiéndolo - Me das risa -
- ¿Y qué pensas hacer? - preguntó.
- Yo nada, a partir de lo que hiciste me dejo llevar, no planeo más las cosas -
- Entonces... ¿ya fue? - preguntó un poco angustiado.
- Ya fue - dije y me volví a lo mío.

Volteé para verlo, estaba mirándome con la mirada un poco tensa, caída a la vez pero pensante.
No me interesó, no quise que me importara y volví a donde quise, con mis amigos a disfrutar mi vida.
Cuando volví me di cuenta que tenía un par de mensajes y que recibí otros.

5.54 a.m. De Santiago: "Pensa lo que haces porque te estás cerrando vos sola a lo que queres"

6.25 a.m. De Santiago: "Podemos volver a hablar?"

7.55 a.m. De Diego: "Me quedé con ganas de vos"

7.59 a.m. De Mariana a Santiago: "No sé"

7.03 a.m. De Mariana a Diego: "Perdón, no fue mi noche... la próxima ;)"


Viernes 30 (ayer)

Florencia se sumó junto a Celeste, Matías y Leandro. Para mi sorpresa, también, se sumó Julián que hace bastante no sabía nada de él ni lo veía.
La noche comenzó tranquila pero ¿terminó igual?
Copas van, copas vienen, Florencia ya estaba con ese "toque" que la hace divertida y descontrolada a la vez, pero nada serio. Leandro (quién gustaba de ella y nunca se lo dijo, sólo y lo sabía por esa charla aquella vez).
Celeste, al rato, se encontró con Nicolás. Matías en búsqueda de chicas pasadas en alcohol y sólo quedábamos Julián y yo sentados en un sillón terminando las bebidas.

- Hace mucho no te veía... - dije.
- Si, estuve un poco desaparecido - dijo para agregar- ¿Qué es de tu vida? -
- No sé, un desorden inmenso -
- Veo que seguimos igual - dijo en tono de chiste, sonriendo.

Si, tenía razón. Le devolví la sonrisa con una mía.

- ¿Qué pasa ahora? - dijo.
- Me equivoqué con Santiago, se puso en pedo y se comió a tres juntas, lo gravaron y lo vi - dije.
- Aaaaa bueno, cualquiera -
- Si, pienso igual - dije.
- ¿Y entonces? - insistió.
- Entonces nada... Empecé a comerme a Martín... -
- ¿A Martín? - dijo casi gritando interrumpiendo lo que yo decía.
- Si, él... Y admito que se comportó bastante bien, es más estuvo como un amigo más que un ex. Pero sabe que y no quería más que eso, y ahora está todo un poco jodido... me quiere ver como una amiga nada más -
- Veo... ¿Hablaste con Santiago? - preguntó.
- Eran peleas, insultos... Recién ayer le dejé en claro que ya fue todo -
- Pero ¿ya fue? - dijo.
- Si, o eso quiero creerme a mi misma -
- Ah... está bien -

Se formo un silencio incómodo, no sabía que decir y se lo notaba un poco nervioso a él también.

- ¿Y tu vida? - dije, para hablar de algo.
- Igual que siempre, ni novias, ni nada - contestó.
- Bien, como te envidio, ojalá pudiera no estar con nadie... a veces siento que no puedo salir de los quilombos por mi propia decisión -
- Falto yo en tu vida - dijo y se rió (palazo o me pareció? No importa, me reí también)
- Cuando estabas vos también era un lío, no sé que decís - dije riendo.

La noche continuó con una que otra indirecta. Cada uno en lo suyo, Julián y yo seguíamos estando juntos para no estar solos.
Tuvimos conversaciones divertidas. Bailamos y hablamos a la vez.

- Me encanta esta canción - dijo mientras bailaba gracioso.

Me reía, la estaba pasando bastante bien.
Al ratito se me acerca una conocida mía.

- Mar ¿cómo andas? - dijo abrazándome.
- Che ¡que bueno verte! - contesté.
- Veo que no venís sola - dijo guiñando el ojo.
- ¿Por él? No, es un amigo nada más... - contesté.
- Julián, un gusto - se presentó él.

Se fue esta chica y seguimos en lo nuestro, bailando cada canción que sonaba.

- Así que soy tu amigo - dijo en un tono medio chistoso.
- Si, va... eso creo - dije.
- Si... amigos - dijo, pensó un rato y agregó - ¿Quedó una amistad después de lo que pasó?
- No sé, Ju... Después de todo eso no volvimos a hablar, nos distanciamos mucho pero yo creo que si porque si me necesitas voy a estar siempre, eso es ser una amiga ¿no? -
- Si, creo que si - dijo un poco pensativo.

De repente, como a propósito, tres parejas empezaron a besarse delante nuestro.

- Me quieren poner peor - dije riendo.
- El mundo se complota contra vos, Mar - dijo riendo él también.
- Ya veo, voy a llorar - seguía riendo y hablando en tono de burla.
- Te extraño, Mar - dijo de la nada.
- ¿Qué? -
- Nunca te olvidé - dijo un poco apenado, agarrándose de mi cintura esperando una respuesta.
- Emm, Juli, no sé que decirte - contesté un poco perdida y descolocada.
- No digas nada - y se acercó para besarme.

Rápido corrí la cara para atrás y busqué fijamente su mirada.

- No, Julián, otra vez no. Ya pasamos por esto, yo más ilusiones no quiero darle a nadie, después me siento mal yo - dije seria.
- Ya sé, pero... un beso de amigos - dijo, insistiendo.
- ¿Qué sería un beso de amigos? No existe - pregunté.
- Un beso de hoy, de esta noche y nada más, nada pasó -
- No, no sé Julián. Después es todo para peor, lo sabes -
- Sé que queres, por favor - y me apretaba más contra él.

Lo miré fijo, en verdad tenía ganas de besarlo pero por dentro algo me decía que no, como también algo me decía que si. Iba a seguir con mi dilema de dejarme llevar y hacerme menos problema por las cosas.
Me rendí a él y dejé que acerque sus labios a los míos. Nos besamos por un largo tiempo.
Cuando despegamos nuestras bocas estaban todos mirándonos. Yo, muerta de vergüenza, me repetía a mis adentros que no debería haberlo hecho, que era un error... pero un lindo error del que a la vez no me arrepentía en lo más mínimo.