martes, 30 de marzo de 2010

Algunos piensan que las personas están locas... yo lo confirmo.

Viernes.
Salimos con amigos, tres y tres (Celeste, Florencia y yo, y tres amigos)
3.00 a.m. Yo cuidando a Florencia que estaba en un estado alcohólico bastante feo. Mis tres amigos fueron a la barra, me dejaron ahí con ella mientras Celeste se encontró con Nicolás.

- Flor, sentate acá, no te muevas que voy a buscar a uno de los chicos, estoy muy inquieta y me lastimas cuando te agarro - le dije, sentándola en un sillón.
- Si si si si - respondió, es lo único que decía.

No le saqué la vista de encima ni un segundo, estaba sentada, miraba para todos lados, impaciente. Giro para ver donde estaban los chicos, no los encuentro. Vuelvo a mirar y no estaba. Empecé a buscar desesperada (si, desesperada, no saben lo que es ella en ese estado).
Pasó media hora y seguía sin encentrar a ninguno, nadie atendía el celular, no encontraba a nadie conocido siquiera.
Se hicieron las cuatro, encontré a Celeste y Nicolás a los besos en una pared.

- Chicos, se me escapó Florencia hace una hora y no la encuentro - dije.
- ¿Cómo? ¿y los chicos? - preguntó Celeste.
- No sé donde están, acá los busqué por todos lados - respondí.
- Bueno vamos afuera a buscar, quizá fueron para otro lado - dijo Nicolás.

Salimos, hacemos menos de una cuadra y nos encontramos a los chicos.

- ¡Tarados! ¿Por qué se fuero? - dije, enojada.
- Llevábamos las cosas cuando vimos a Florencia correr para afuera, tomamos todo de golpe y salimos a correrla - dijeron - Pero cuando salimos tan apurados el patova nos frenó, ahora no la encontramos -
- ¿Donde mierda estará esta piba? - dije.

Empezamos a caminar, mucha gente, a todos se les ocurrió salir ese día. Y si... la encontramos ¿cómo? contra una pared (ella contra la pared, de frente a la pared) y un pibe, desconocido, ustedes se imaginan haciendo que en plena calle pública, la gente caminando por al lado como si nada, alguno que otro lo miraban mal, aunque en si ya es algo común en estas calles.
Ella, como si nada, más con su estado alcohólico, con la pollera por la nuca y el pibe con los lompas caídos. Si, fue fea la situación.
Los chicos se rieron menos uno, Leandro, quién fue apurado y le metió una piña al chico, pero una piña que prácticamente lo desmayó.
Florencia, sacada, empezó a gritar como loca, él la agarró del brazo y la trajo a donde estábamos nosotros.

- Soltame, soltame - decía.
- Callate la boca, puta de mierda - le respondía Leandro.

Todos nosotros, con los ojos super abiertos, sin saber que decir. Ella se calmó, Celeste (pobre, siempre igual) la llevó a la casa de ella, para cuidarla, y Nicolás haciendo de remisero.
Los demás nos quedamos y me acerqué a Leandro.

- ¿Por qué te alteraste tanto? Está bien, es nuestra amiga, pero... - dije, dejándole un suspenso.
- Por dos cosas, la primera es que el pelotudo no tenía forro - dijo (Si, tenía toda la razón del mundo, seguramente la salvó de una buena).
- Es verdad. ¿Y la segunda? - dije.
- Nada - respondió, un poco dudoso.
- Dale, Lea -
- Que es mi amiga y me jode - dijo, como defendiéndose - ¿Yo dije algo malo? -
- No, no dijiste nada - contesté.
- ¿Entonces? Yo no me pongo mal por eso, es mi amiga, basta -
- Lea, yo no te dije nada, te estás hundiendo vos solo - dije, riendo.

Se rió, se dio cuenta que si.

- Me gusta, boluda - contestó.
- Pero... Lea, sabes como es ella - dije.
- Si, está loca, y vive todo a su forma, atropellada como ella sola -
- ¿Entonces? Estás loco en meterte con ella, perdón que lo diga - pregunté.
- Lo sé, pero me vuelve loco posta - dijo.

6.00 a.m.
A todo esto ya la noche estaba demasiada tranquila para mi (si, tranquila) algo faltaba, siempre algo pasa ¿Qué pasó? Apareció Martín.

- ¿Qué haces, bombón? - dijo, canchero.
- Nada - contesté, fría.
- Te jodo... ¿Podemos hablar? - dijo.
- No... - contesté.

Luego de mucho insistir le di el si, así no molestaba más.

- Mar, me muero por vos - dijo.
- Bueno Martín, basta, ya sabes, estoy en otra - contesté.
- Me jode tanto ¿Por qué no me das otra oportunidad? -
- Porque no y punto - dije.

Termino de decir la frase y aparece Santiago en la calle con una piba y un pibe, borracho (nunca lo vi así) muy borracho.

- Eeeeeh Martín - dijo y lo abrazó, sin saludarme a mi.

Situación rara, yo sorprendida, Martín más que yo.

- A vos te voy a pegar, pero somos amigos ahora - le dijo.
- Si, ahora ella es mi novia - dijo Martín y sin dejarme reaccionar me encajó un beso.

Santiago de repente reaccionó y le pegó, empezaron a pelearse pero Santiago mucho no pudo hacer, estaba muy alcoholizado.
La chica y el chico lo agarraron (amigos de él supongo) y se lo llevaron. Esto después que el amigo de una patada lo tiro a Martín al piso.
Me puse a llorar, estaba enojada, confundida.

- Loca, te amo - me dice Martín, desde el suelo, agarrándose la pierna.

PREGUNTITAS

7 comentarios:

  1. A ti, si no te pasa algo, la noche no es una noche normal.
    No es tu culpa que alguien te quiera y tu no sientas lo mismo por el. Solamente, tienes que mantenerte firme en tu postura.

    Un besito de ensueo =)

    ResponderEliminar
  2. noches muy locas son las que te pasan a ti y a mi también... qué cosas, eh!

    ResponderEliminar
  3. Mar; me encantaria ver todo lo que escribis en una peli, no la pensaste? jajaja. .. estamos desaparecidas las dos!
    Pero mucho el msn no me anda, asi que no me conecto mucho =(
    te mando un beso enorme, nos hablamos :)

    ResponderEliminar
  4. Es TREMENDA la situación, te diste cuenta que tenés una vida DEMASIADO activa? SOY VOS, Y ME VOY A LA BOSTA. asi de una, no sé como haces para soportar todo esoo! Sale novela YA!

    ResponderEliminar
  5. jaja tus findes NUNK son normales no?
    no podes vivir en paaaz
    jaja
    yo no sé, croeq a martin no lo dejaria ni sentarse al lado mio...
    soy muy fira con esas cosas

    ResponderEliminar
  6. -Qe buena noche,muy descontrolada,me encanto leer esta entrada (:

    ResponderEliminar
  7. Ja!Que noche!!Yo detesto cuidar gente borracha por ejemplo!Estaré visitandote.Besos.

    ResponderEliminar

Gracias por poner aquí tu opinión, cada palabra tuya me ayudará a crecer.